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¡illo!, ¡illa! ¿por qué usamos estas expresiones los andaluces?

Todo lo que necesitas saber sobre el vocativo andaluz por excelencia.

Cuando os hablamos de la triple negación andaluza, más conocida como No Ní Na, ya os lo avanzamos. El andaluz es una de las lenguas más ricas y heterogéneas del mundo. Y como quien avisa no es traidor agarraos a la silla porque hoy os traemos otra de las joyas de nuestra lengua: illo

De illo se podría decir que su origen es sencillo. El término original es chiquillo, el cual por su naturaleza de diminutivo suele actuar como adjetivo aunque también se usa como sustantivo. Hasta aquí nada original, la misma monotonía y  aburrimiento de siempre. Pero los andaluces una vez más hemos llegado para ponerle color a la vida. Haciendo gala de nuestro carácter pragmático y la creatividad que siempre nos ha definido, sino que se lo digan a Picasso, lo hemos adaptado. Así de chiquillo pasamos a quillo, que también se usa mucho, y de quillo a illo. Y tú te preguntarás por qué. Pues porque los andaluces somos gente ocupada sin tiempo que perder con sílabas extras. Más aún si es verano y hay 40ºC a la sombra. Además, que si algo nos gusta a los andaluces es darles a las vocales el espacio que merecen y jugar con ellas. 

Pero, que nadie se confunda. Illo puede tener un origen sencillo pero sus usos están lejos de serlo. Illo es el vocativo perfecto que sirve para expresar cualquier emoción en cualquier situación. Admiración, duda, alarma, enfado, illo encaja con todo. ¿No nos crees? «Illo, ¡esta es la mejor pringá que me comío nunca!» «Illa, ¿has traío las cervezas?» «‘¡Ande vas illo qué te vas a matar!» 

El uso se da en mayor medida en las regiones occidentales de Andalucía y son las generaciones jóvenes quienes más lo utilizan. En zonas como Cádiz o Sevilla encontramos conceptos homólogos como pisha y miarma, respectivamente. 

Y tú, ¿eres más de illo o quillo?